He pasado mucho tiempo pensando en abrir este blog, pero no encontraba la respuesta a la pregunta. ¿Por qué escribir un blog de psicología? Si hay cientos de ellos, con diferentes contenidos y diferentes objetivos. Formativos, de autoayuda, críticos, de investigación, etc. He leído muchos. Algunos sigo de manera habitual porque conecto con su forma de expresarse, otros he descartado por diferentes motivos y muchísimos otros que desconozco e invaden internet.
Mi racionalidad me dice que todos ellos empezarían probablemente como yo, con muchas dudas y sin experiencia, con dificultades para responder a esa pregunta que nos suele llevar a buscar excusas y nos mantiene paralizados dentro de nuestra zona de confort. Con muchos borradores escritos para ese primer post, esperando que sea perfecto. Buscando tutoriales, ayudas externas, múltiples ejemplos y dándose, otra vez, por vencido antes de empezar.
Hasta que por fin se arriesgaron, publicaron y fueron aprendiendo de sus errores, mejorando y creando blogs de calidad.
Pero mi miedo no me decía eso, mi miedo me decía que no iba a ser capaz. Me decía que no tengo nada que aportar, que no lo intentase para evitarme un fracaso. Me señalaba mi falta de experiencia redactando (que es totalmente cierto) y la calidad de otros blogs que es difícil de superar (totalmente cierto también). Entonces, ¿Qué motivos podrían llevarme a querer escribir un blog?
Durante todo ese tiempo estuve escuchando lo que me decía mi miedo sin rebatirle, permitiéndole controlar mis decisiones y dejándome sin respuestas, pero por fin me he cansado y he empezado a contraargumentar:
¿Cuántas veces me he propuesto algo y lo he conseguido? Con esfuerzo y constancia muchas veces.
¿Qué es lo peor que podría pasar si no saliese bien? Sería otro aprendizaje de la vida, nunca un fracaso.
¿Cómo voy a aprender si no empiezo? No se puede aprender a nadar sin meterse en el agua.
¿De verdad no tengo nada que aportar? Quizás esa necesidad de hacerlo perfecto, de pretender impresionar me ha estado nublado la visión y no me dejaba ser yo.
Con todas estas cuestiones resueltas, me decido por fin a dar el paso. A publicar este primer post y presentarme así, sin maquillar, confesando todo el proceso vivido hasta llegar a este punto, esperando, tal vez, que muchos de vosotros y vosotras os estéis sintiendo identificados con estas palabras e incluso os animéis como yo a dar ese paso hacia delante en vuestros propósitos.
Esto va a ser un blog dedicado a la psicología donde podréis encontrar diferentes contenidos: estrategias y recursos para poner en práctica en vuestro día a día, artículos que aborden distintos temas, tips, reflexiones de esta eterna psicóloga novata, descripción de casos, etc.
De verdad espero que sea de vuestro interés, que participéis con total libertad opinando sobre los post, proponiendo temas o compartiendo vuestras historias. Estoy emocionada y aterrada al mismo tiempo, pero esta vez con las respuestas necesarias y los pies en el agua.
Gracias por leerme y bienvenidos.
Iris García Lombardero